Hogar dulce hogar

 


HOGAR DULCE HOGAR 

Que lindo es cuando después de tanto tiempo lejos de casa, llega el momento de regresar a ella, al ingresar, sientes que el aire es muy diferente, el ambiente es como mucho más cálido, el cuerpo se relaja, se siente en armonía. Inhalamos aire muy profundo y exhalamos acompañado de un jadeo, quedando estático por unos segundos, sonríes, y comienzas a sacarte todas las prendas que tienes encima, quedándote lo más cómodo posible.

El cuerpo comienza a tomar vida propia, y por inercia empieza a moverse, llevándote hacia un lugar.

Quieres hacer muchas cosas, que tenías planeadas al llegar, tienes sed, hambre, ganas de meterte a la ducha, pero el cuerpo actúa por sí solo, sin poder tener control sobre él, ignorando todos tus que aceres.

En un momento, se detiene en frente de una puerta.

Lentamente, extiende un brazo, y es cuando visualizamos lo que el tanto deseaba, nuestra cama.

Comprendiendo a lo que se refería, digo con gran satisfacción, ¡siii…!

Nos miramos mutuamente, y sin gesto alguno ambos sabíamos lo que sucedería.

Nos acercamos rápidamente, nos recostamos en ella, sonriendo, y con gran alegría nos estiramos de tal manera que parece que nuestras extremidades se nos van a desprender de nosotros, nuestros sentidos al tacto se ponen sensibles por completo, sintiendo el Ròse de las sábanas en nuestra piel, generando una sensación muy reconfortante.

Es cuando comenzamos a llevarnos a un sitio maravilloso, entregándonos por completo, Sin resistencia alguna, disfrutamos del viaje hacia el mundo de los sueños.


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